lunes, 6 de agosto de 2012

Calidad del sueño en estudiantes Universitarios


Seguramente usted recuerda la típica imagen del estudiante que se quedaba dormido en el pupitre durante las clases, o las bromas que se hacían para despertarle de golpe y  alguna vez le parecieron graciosas, sin embargo la realidad nos demuestra que la falta de horas de sueño es un problema serio que aún sigue vigente en estudiantes Universitarios.


Los trastornos del sueño constituyen uno de los  problemas de Salud más relevantes en las sociedades occidentales. La importancia de una buena calidad de sueño no solamente es fundamental como factor determinante de la salud, sino como elemento propiciador de una buena calidad de vida. La calidad del sueño no se refiere únicamente al hecho de dormir bien durante la noche, sino que también incluye un buen funcionamiento diurno (un adecuado nivel de atención para realizar diferentes tareas). Ello hace que sea fundamental estudiar la incidencia de estos trastornos en distintos tipos de poblaciones, entre estas, la población universitaria.


La palabra sueño se deriva del latín “somnum” y su raíz original se conserva en las palabras somnífero, somnoliento y sonámbulo. Según el Diccionario de la Real Academia Española, sueño, en resumen, significa el acto de dormir como el deseo de hacerlo y ensueño equivale al acto de soñar, es la representación onírica de quien duerme. El adjetivo onírico proviene del griego “ónar” que significa ensueño. Soñar es la representación mental de imágenes, sonidos, pensamientos y sensaciones durante el sueño generalmente de forma involuntaria.

El sueño, como lo concebimos diariamente, se lo puede definir como un estado normal, recurrente y reversible de disminución de la percepción y de la capacidad de respuesta al medio ambiente. La actividad motora cesa y se adopta una postura específica. El sueño también está presente en mamíferos, pájaros, probablemente en reptiles, anfibios y peces.


A diferencia de lo que se cree comúnmente, el sueño es un estado dinámico donde grupos de neuronas siguen activas desempeñando un papel diferente al de la vigilia y es, además, necesario para la salud en general del organismo, por sus propiedades de consolidar las distintas formas de la memoria, regular la temperatura y la función de ciertos neurotransmisores, así como de almacenar energía y mantener la inmunocompetencia. He ahí donde radica su mayor importancia.

Según datos recogidos de un sondeo en  el Centro de Estudios Universitarios Arkos, el total de horas que duerme un alumno son 6 en promedio, una cantidad que  según el doctor Reyes Haro Valencia, director de la Clínica del Trastorno del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, no alcanzan a ser suficientes.

El Doctor señala que se debe dormir ocho horas diarias y que lo mínimo recomendable son siete. Si no se duerme bien,  la persona no rinde al 100% y tiende a estar más irritable y a desarrollar depresiones , otro dato importante, opuesto a lo que se cree común mente, es que  las horas de sueño que se pierden no se recuperan nunca.

La falta de sueño en los estudiantes universitarios se traduce en altos grados de estrés y bajo nivel de atención y retención, lo que constituye una pérdida de nivel académico.


Algunos  de los Factores que influyen en el bajo nivel del sueño son el consumo de sustancias como la cafeína, el cigarro o alcohol así como altos niveles de azúcar antes de ir a dormir, sin embargo, los datos arrojados en el sondeo universitario indican también que el trabajo y las tareas reducen el número de horas de sueño en los estudiantes.
 


Los horarios de trabajo de algunos jóvenes empiezan después de acabar las clases, ósea pasando las diez de la noche y terminan regularmente en la madrugada o a primeras horas de la mañana del día siguiente. Muchos jóvenes comentan que duermen llegando de sus trabajos para recuperar las horas de sueño, sin embargo los especialistas de la salud indican que esta práctica es inútil debido a que el sueño perdido  no se recupera, como se planteaba anteriormente.


El mayor tiempo de reacción y la falta de concentración provocados por la falta de sueño no sólo repercuten sobre el rendimiento académico o deportivo. Estas consecuencias de la falta de sueño pueden poner en peligro la vida de las personas que conducen.
 La Administración Nacional de Seguridad y Tráfico en Carreteras de los Estados Unidos calcula que cada año mueren 1.500 personas en accidentes de tráfico provocados por conductores de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que simplemente conducían cansados. (Más de la mitad de las personas que provocan accidentes por quedarse dormidos al volante tienen menos de 26 años).
Sin duda los anteriores, son datos que si bien no pertenecen a México, deberían tomarse en cuenta de forma ilustrativa, dado que gran parte de los estudiantes vallartenses  conduce camino a la universidad.


“La gente pierde mínimo una hora de sueño al día”, comenta el doctor Haro. “Y genera una privación crónica de sueño que en cualquier momento se traduce en dolor de cuello, espalda o de articulaciones. Empiezan a tomar más bebidas estimulantes y los fumadores aumentan su consumo. Su carácter se va alterando y pueden a llegar a desarrollar enfermedades metabólicas como hipertensión, hipocolesterolemia y diabetes”, puntualiza.

Algunos aspectos como los horarios de trabajo son inalterables, sin embargo una mejor organización del tiempo podría ayudar a contrarrestar las consecuencias de la baja calidad del sueño.


Hacer las tareas en horas libres de clase puede ayudar a hacer un mejor aprovechamiento del tiempo, también a la hora de dormir evitar tener la televisión o computadora prendida, así como tener una cena nutritiva o darse un baño con agua caliente para relajar el cuerpo antes de dormir.
Evite los estimulantes. No tome bebidas con cafeína, como refrescos con gas o café, después de las 4 de la tarde. La nicotina también es un estimulante, así que dejar de fumar puede ayudar a dormir mejor. Y es posible que beber alcohol por la noche le provoque inquietud y se despierte durante la noche.

Evite pasar noches sin dormir para estudiar. No espere al último día para prepararse  para un examen. No dormir la noche anterior al examen puede hacer que rinda menos en el examen de lo que habría rendido de haber estudiado menos y dormido más.


Otro aspecto importante según expertos es el ambiente en el que se duerme. Los estudios demuestran que la gente duerme mejor en una habitación oscura y más bien fresca.
Baje la persiana o cierre las cortinas y asegúrese de que éstas sean lo bastante gruesas como para bloquear el paso de la luz. tenga preparadas algunas mantas por si acaso o póngase una pijama abrigado si hace frío. El ruido también dificulta el sueño, por lo que dormir con música o audífonos puestos resultará contraproducente a su descanso.


El buen descanso, definitivamente ayuda a verse sano y tener mejor rendimiento escolar así que siguiendo los consejos mencionados y siendo reflexivo para crear un ritmo de vida más favorable para la vida estudiantil, se estará ayudando al cuerpo y la mente que nos permitirán  vivir al máximo cada día. Para un estudio mejor, di buenos días al buen descanso.


Karen Spinoza

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